Julio Verne
Cuando me siento a leer un clásico es realmente una oleada de sentimientos; emoción, miedo, incertidumbre. Las expectativas por lo general son altas y por desgracia me ha tocado que los clásicos para mi terminan siendo un conflicto, porque terminan no gustandome, y es una frustración porque creo que soy mala lectora o que mi inteligencia no alcanzó para comprender una obra de arte como un "clásico". Después de años viviendo con este conflicto decidí dejar de esperar y si no me gusta poner aun lado el libro (y mi TOC) y seguir con el que sigue, la vida es demasiado corta para leer un libro que realmente no te gusta y solo porque es un "clásico" (un libro que todos deberían leer) te sientes obligado a leerlo. sin embargo este libro fue una grata sorpresa y fue un clásico que disfrute mucho.
Sinopsis:
El flemático y solitario caballero británico Phileas Fogg abandonará su vida de lujos y disciplina para cumplir con una apuesta con sus colegas del Reform Club, en la que arriesgará la mitad de su fortuna comprometiéndose a dar la vuelta al mundo en solo ochenta días usando los medios disponibles en la segunda mitad del siglo XIX, esto una gran proeza para la literatura, pues la revolución en los medios de transporte esta en su punto más crucial, pensar tan solo en poder recorrer el mundo y en tan poco tiempo era algo que se consideraba ciencia ficción y que ahora es tan fácil realizar.
Lo acompañará su recién contratado mayordomo francés, Jean Passepartout (un acompañante y personaje que amarás en la historia, que termina siendo importante para el desarrollo de la historia) y tendrá que lidiar no solo con los retrasos en los medios de transporte, sino con la necia persecución del detective Fix, que, sin saber la verdadera identidad del caballero, se termina inmiscuyendo en toda una aventura.
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